Descubriendo la maravillosa fibra de alpaca: alpaca, baby alpaca y alpaca royal

Descubriendo la maravillosa fibra de alpaca: alpaca, baby alpaca y alpaca royal

En el mundo de los tejidos y las fibras naturales, la alpaca ocupa un lugar destacado por su suavidad, calidez y versatilidad. Originaria de los Andes sudamericanos, la fibra de alpaca ha sido apreciada durante siglos por su calidad y propiedades únicas. En este artículo, exploraremos qué es exactamente la fibra de alpaca, así como las diferencias entre la alpaca, la baby alpaca y la alpaca royal, y sus orígenes.

 

¿Qué es la fibra de alpaca?

La alpaca es un mamífero andino, criado principalmente en Perú, donde habita cerca del 85% de la población mundial, aunque también se encuentra en Bolivia, Chile y Ecuador. Su lana se obtiene a través de la esquila, es decir, cortando el pelo del animal una vez al año, sin causarle daño.

La fibra de alpaca se compara a menudo con la lana de oveja o incluso con la cachemira. Sin embargo, la alpaca ofrece unas características propias que la hacen verdaderamente única:

Ligereza: es una fibra muy ligera, lo que hace que se puedan confeccionar prendas muy suaves y cómodas de llevar.

Capacidad térmica: El pelo de la alpaca te aísla, por lo que abriga cuando hace frío y te protege del calor extremo.

Hipoalergénica: igual que la cachemira, la lana de alpaca no contiene lanolina, por lo que es ideal para pieles sensibles.

Brillo natural: tiene, sin necesidad de aplicarle tratamientos químicos, un brillo muy bonito y elegante.

Resistencia: es más fuerte que muchas fibras animales similares, lo que hace que las prendas duren más tiempo en perfecto estado.

 

Origen y cultura de la alpaca

La alpaca es originaria de los países andinos de América del Sur, donde ha sido criada y esquilada durante siglos por comunidades indígenas que han perfeccionado el arte del tejido como una forma de vida. Su fibra no es solo un recurso natural; es un símbolo de identidad, de resiliencia y de belleza.

Perú: el corazón de la alpaca

Perú es, sin duda, el epicentro de la producción mundial de fibra de alpaca. Se estima que alrededor del 85% de todas las alpacas del mundo viven en territorio peruano. Regiones como Cusco y Arequipa no solo son ricas en paisajes, sino también en saberes ancestrales relacionados con la cría y el esquilado de alpacas, y la producción de tejidos de altísima calidad. De hecho, es en Perú donde se producen. Entre otras prendas, los mejores chales y bufandas de alpaca.

En estas tierras, la alpaca forma parte de la vida cotidiana. Desde el pastoreo en las alturas hasta los telares tradicionales, cada etapa está impregnada de un conocimiento que se transmite de generación en generación y del que viven centenares de miles de familias.

Bolivia: tradición viva en las alturas

Al igual que en Perú, la alpaca ocupa un lugar fundamental en la cultura boliviana. En sus comunidades andinas, se producen tejidos como bufandas, ponchos, chales, mantas y alfombras, muchas veces utilizando tintes naturales y técnicas heredadas de épocas precolombinas.

La fibra de alpaca en Bolivia es sinónimo de autosuficiencia, comunidad y respeto por el entorno.

Chile y Ecuador: pequeñas joyas textiles

Aunque Perú y Bolivia lideran la producción, Chile y Ecuador también cuentan con industrias textiles activas que utilizan la alpaca como materia prima.
En Chile, la región de Arica y Parinacota, al norte del país, se destaca por su crianza de alpacas y por pequeños talleres donde la tradición sigue viva.
En Ecuador, es en la zona andina donde la alpaca forma parte del paisaje y de la economía local, especialmente en proyectos textiles que valoran lo artesanal.

 

La cultura y tradición de los Andes no se pueden entender sin la alpaca. Tanto es así que vestir ropa de lana de baby alpaca, es también una forma de conectar con la historia y la cultura de los Andes y con las personas que, con sus manos, hacen posible que esta fibra llegue al mundo a través de cada bufanda, de cada poncho, de cada chal, de cada prenda.

 

Alpaca, Baby Alpaca y Alpaca Royal: ¿en qué se diferencian?

Aunque toda la fibra proviene del mismo animal, no toda la alpaca es igual. Dependiendo del grosor del pelo y de la parte del cuerpo de donde se obtiene, existen diferentes calidades.

🦙 Alpaca

Es la fibra más común, y se obtiene del cuerpo del animal adulto. Tiene un grosor de entre 25 y 29 micras, lo que la hace cálida y resistente, aunque algo menos suave que otras variantes.

Se usa mucho en prendas más gruesas, como mantas o abrigos, aunque no es la mejor opción para llevar directamente sobre la piel.

🍼 Baby Alpaca

A pesar del nombre, no se obtiene de crías, sino de las partes más finas del vellón del animal adulto, normalmente del lomo. Esta lana tiene entre 19 y 21.5 micras de grosor, lo que se traduce en una suavidad increíble.

Es perfecta para bufandas, jerséis, chales o cualquier prenda que esté en contacto directo con la piel.

👑 Alpaca Royal

Se trata de la categoría más exclusiva. También conocida como súper baby alpaca, se obtiene seleccionando solo las fibras más finas (menos de 19 micras de grosor) del animal. Representa menos del 1% de toda la lana que se produce, lo que la convierte en una auténtica joya textil.

Es difícil de encontrar, costosa de trabajar, y absolutamente exquisita. Su tacto es comparable al de la vicuña (otro animal primo de la alpaca) o la mejor cachemira del mundo.

 

En LAMINI trabajamos con las fibras más finas y exclusivas, esto es, baby alpaca y alpaca royal, ya que creemos que la ropa de lana de baby alpaca y de lana de alpaca royal marcan la diferencia por su suavidad, su tacto exquisito y su elegancia.

Seleccionamos nuestras fibras con el máximo respeto por su origen. Trabajar con lana de alpaca no es solo una decisión estética o funcional, sino también ética. Apostamos por materiales nobles, duraderos y sostenibles que nacen de comunidades que han hecho de su relación con la alpaca una forma de vida.

Para nosotros es una forma de rendir homenaje a esa sabiduría andina. Y cada prenda que creamos lleva un pedacito de todo ese legado histórico y cultural.

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